Hemos vivido momento enormemente bendecidos en la presencia de Dios, pero es necesario que sigamos adelante en nuestra búsqueda del rostro de Dios; no debemos quedarnos recordando los momentos vividos y estar suspirando todo el tiempo por el pasado, sino que debemos seguir adelante en lo que Dios nos ha llamado a trabajar en Su obra sin que eso nos impida alabarle y adorarle; y como consecuencia entonces serán rotos los yugos que pretendan tenernos atados a situaciones contrarias a la voluntad de Dios. Debemos buscar el rostro de Dios en todo momento y podremos experimentar el derramamiento de la unción de Dios al grado que todo yugo se romperá; porque debemos recordar que bajo esa perspectiva nos llamó el Señor Jesucristo al ministerio Apostólico:
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