Cuando ministramos la Cena del Señor Jesucristo; estamos siendo sometidos a una multiplicación que se dará lugar en nuestro ser ante lo cual es necesario que lo comprendamos y saber cuál es el propósito de Dios por lo cual está permitiendo ese misterio en nosotros. Introduciéndonos propiamente en el estudio de esta oportunidad; veremos el versículo que nos señala la dádiva de Dios:
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