Es interesante que por una comida podemos alcanzar bendición, aunque también podemos alcanzar condenación; vemos que Esaú por una comida perdió su primogenitura, por una comida Judas recibió condenación porque entró en él un Querubín caído como algo extraordinario por la puerta que estaba activando al acercarse a la mesa del Señor, indignamente. Pero si nosotros tomamos la Cena del Señor dignamente, podemos ser trasladados dimensionalmente a un lugar donde difícilmente podríamos describir lo que ahí encontramos porque la realidad es que para nosotros seguirá siendo un misterio la participación del pan y el vino.
IGLESIA DE CRISTO Ministerios Ebenezer
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